Ladislas, artista francés afincado en Barcelona y especializado en el “Surrealismo Pop”, tiene una visión ecologista y biocéntrica que él mismo define como “Ecosurrealismo”.
Concienciado por la emergencia climática, utiliza sus herramientas creativas y artísticas para que su obra gire en torno a una visión singular e imaginaria de reconexión entre el humano y la naturaleza. De este modo, reivindica la necesidad de preservar y cuidar el medio ambiente.
Como pintor, ilustrador y artista digital, colabora en diversos proyectos con asociaciones, organizaciones y marcas que comparten sus valores.
La singularidad de su planteamiento proviene de su enfoque creativo e imaginativo para incidir en la conciencia del espectador. Su mensaje no solo se limita a una denuncia representativa de los problemas ecológicos, sino que también, gracias a la dimensión simbólica que integra, muestra una visión contemplativa e inspiradora.
El objetivo es generar diversas emociones, intriga y trascender los límites de la realidad y de la multitud de normas que la rigen y estructuran.
Ladislas muestra y representa a través de sus pinturas la riqueza, belleza, movimiento y vida que llenan sus complejas y coloridas composiciones desde todos los ángulos. Un crisol visual de formas, texturas, plantas y animales escenificados con seres humanos.
Para el artista es muy importante mostrar esta explosión de vida, riqueza y variedad de especies que nos rodean con el fin de luchar contra la tendencia de la humanidad a valorar cada vez menos su entorno natural, en favor de una sociedad que tiende a la digitalización y a la búsqueda de la comodidad personal.
Sus obras son homenajes y odas a los tesoros de la naturaleza, a su aspecto caótico pero perfectamente armonioso y funcional. A través de una visión onírica, poética, sensible y mística, Ladislas quiere despertar la emoción y la sensibilidad del espectador, cortar ese vínculo rígido con la realidad que nos limita e impide apreciar y proteger más activamente ese equilibrio natural del que formamos parte. Para ello, es necesario volver a maravillarse con este mundo y volver a conectar con él.
Ladislas propone una inmersión visual en el corazón de este espíritu natural que siempre reside en nosotros.